sábado, 11 de marzo de 2017

Samsara Blues Experiment en Córdoba 05/03/2017



Una fecha a la cual, en condiciones normales, tal vez hubiera faltado. ¿Por qué? Bueno, nunca había escuchado a Samsara Blues Experiment, banda alemana a la cual se le pone la etiqueta de Heavy Psych Blues, etiqueta que, por cierto, me tiene las pelotas por el piso. Veamos, es simplemente música pesada de fines de los 60's y principios de los 70's, así de simple. No veo motivos validos para usar una etiqueta nueva para clasificar algo tan viejo. Mas, en éste ocasión, decidí cambiar de parecer, pues el organizador, el señor Sebastián Solo (quien tiene un programa de radio en el cual desvarío hasta cansarme), me invitó con la amabilidad típica en él. No podía rechazar dicha invitación, sinceramente. De paso, quería sacarme las ganas de saber qué tal eran/son los germanos en vivo, además de tener la chance de conocer a dos bandas cordobesas que me han recomendado varias veces. Así pues, me apresté a salir rumbo a Refugio Guernica (lugar en donde se realizó dicha fecha), en donde me encontré con muchos amigos apenas llegué a la esquina del local.


No recuerdo bien la hora en que comenzó a tocar Nautilus, la primera banda, pues la marihuana que había fumado era bastante fuerte y me hizo perder un poco de conexión con el tiempo. Mas, cerca de las 23 horas (calculo yo) arrancaron los pibes de Nautilus. Y me aburrí un poco, sinceramente. No es que sean una banda mediocre, ni malos, ni mucho menos; pero les sobra Mente y les falta Sangre. Es decir, técnicamente son irreprochables, poseen una destreza instrumental fuera de discusión, y hasta metieron algunos arreglos interesantes. Pero, sucede que yo no escucho música por párrafos, no me gusta escuchar algo en lo que una parte me gusta y la otra no; me gusta escuchar composiciones bien hechas, sin importar el estilo (soy muy amplio en el plano musical). Cuando digo que me gusta escuchar composiciones bien hechas, me refiero al lenguaje, a la capacidad del músico para decir cosas a través de sus creaciones. Nautilus no me dicen mucho. Acumulan notas, cortes rítmicos, pasajes muy intrincados y todo lo que quieran, pero me suena todo como si estuvieran con el manual en la mano, y eso me desespera.
Los noté muy influenciados por el Spinetta de la era de Invisible, y no digo más nada pues me fui afuera con mi amiga Aylen.
Luego vino otro crédito local: Hijo de la tormenta, de quienes me llevé una mejor impresión. Una mezcla bastante común en la Argentina de los 70's, la de mezclar sonidos pesados con Jazz-Fusión, mucho de Rock Progresivo, y mucho rock setentoso en general. Si bien por momentos entran en lagunas de las cuales les cuesta salir (porque tienden a ser un poco pretenciosos), lo concreto es que compensan cualquier bche con una energía bien calculada, momentos lentos y pesados (a los cuales les cabe la etiqueta Doom Metal) bien logrados, y un manejo encomiable de los instrumentos. También, al igual que con Nautilus, fue la primera vez que los veía/escuchaba, y si bien no me rompieron la cabeza, al menos me dejaron un buen sabor de boca.
Llegado el momento de la banda central, o sea, Samsara Blues Experiment, llegué a la conclusión de que no tenía ni idea de lo que iba a escuchar. Y fue a propósito, pues antes de ir a verlos, había tomado la decisión de adentrarme en su mundo sonoro ahí, en el lugar, durante el concierto. Y me llevé una muy grata sorpresa. No sé si tan grata como para salir a comprar algún disco de ellos, pero admito que se ganaron todo mi respeto.
Para empezar, y aunque le duela a muchos, de entrada marcaron diferencias con las otras bandas en cuanto a la actitud. ¿Se acuerdan de los discos de covers de Napalm Death, aquellos que llevan por título "Leaders not Followers"? Bueno, eso fue lo primero que pensé al notar las diferencias: los europeos (y los yankis) son líderes en éstos de tocar Rock, y nosotros, los argentinos, somos seguidores. Le duela a quien le duela, es lo que pienso, y Samsara marcaron eso apenas empuñaron sus instrumentos, con su actitud solamente.


Con el gigante Hans (quien parecía salido de la serie Vikings) en el bajo, con su instrumento sonado al frente del trío (su sonido es realmente pesado, abrumador; hacía temblar el piso del recinto, tal como debe sonar el bajo en una banda pesada), una batería acompasada y llena de groove (buena labor de Thomas), y un cantante/guitarrista (Christian) que ocasionalmente tocaba riffs, cediendo el lugar del riff a sonidos psicodélicos bien entendidos (la escuela del Krautrock), acordes eternos y armonías lánguidas y étereas, pero sin perder de vista el riff, comenzaron a desandar el camino del Heavy más añejo de todos, ése que está íntimamente ligado al Blues, pero con una alta presencia del elemento psicodélico en todo momento. Christian, además, canta con un estilo vocal muy similar al de Lou Reed en tiempos de la Velvet Underground, relatando antes que entonando como un cantante, dándole al grupo un aire entre soñador y cuasi épico que les queda bastante bien.


Lo que sí, me costó encontrar canciones destacables, aunque sonaron muy bien, y aportaron pasajes memorables a una noche en la que el público disfrutó a rabiar de principio a fin. En lo personal, no encontré motivos para hacerme seguidor de los teutones, pero, ¡joder! ¡qué bien que suenan! Es más, si vuelven, voy a ir a verlos.
Mención especial para la organización: un lujo. Acostumbrado a presenciar espectáculos internacionales que parecen organizados por un oligofrénico, ir a éste concierto y notar que todas las bandas gozaron de un muy buen sonido, que el público recibió el trato digno que se merece, que las condiciones, en líneas generales, fueron las mejores, y que todo se desarrolló como si estuviéramos en el primer mundo, pues no me quedan más que elogios para la organización, el público y las bandas, pues, más allá de que no disfruté de todo lo que escuché ésa noche, debo admitir que todos hicieron lo suyo con un profesionalismo digno de mención. Pulgares arriba.

No hay comentarios:

Publicar un comentario